Sigo vivo, pronto nuevo podcast


Comencé a darle mucha vida a este blog, publicaba a diario y como pudisteis ver lo abandoné.

No solo es que dejase de escribir en él, sino que dejé de pagar el plan de WordPress e incluso dejé morir el dominio.

Siempre me ha molestado cuando una serie la alargan de forma artificial, o película… Hay que dejar de morir las cosas a su debido tiempo y me temo que yo he dejado vivir demasiado tiempo a El telar del Geek, hace muchos años debí matarlo.

En mi defensa debo admitir que he estado demasiado ocupado, he tenido un proyecto tras otro en los últimos años y por ello no he podido hacer ninguno bien.

Este año comencé varios proyectos, intentando encontrar algo en lo que me sintiese cómodo y me gustase. El primero me gustaba pero no me terminaba de convencer, el segundo estaba bien pero requería demasiado esfuerzo y había muchas adversidades que yo no podía controlar…

Pero gracias a esa experimentación y unir ambos proyectos encontré algo que realmente me gusta y que aunque requiere trabajo me compensa.

De momento ya tengo grabadas y editadas las primeras entrevistas, también tengo el nombre, el dominio y un logo. En un par de semanas os diré toda la información y como podéis suscribiros.

Eso por supuesto lo anunciaré en este blog y en mis redes sociales, pero no estará aquí nada más que el primer episodio. Crearé un página de Facebook para tenerlo todo ahí.

Un saludo.

Ilustración de El Quijote

De la literatura clásica a la actual: evolución y refinamiento.


Siempre se dice que se debe leer a los grandes clásicos de la literatura, inagotable fuente de inspiración y base de grandes obras contemporáneas.

Pero casi nunca se avisa que antes de embarcarse en dicha odisea uno debe tener una buena base como lector, tener ganas de aprender y sobre todo tiempo, mucho tiempo para hacerlo.

Tampoco penséis que hace falta remontarnos cientos de años para que esto aplique, en absoluto; el Ulises de Joyce pese a ser de 1922 también requiere haber leído mucho y tener unas cuantas horas libres para ponernos con ella.

Imagen de el quijote

El motivo es que ha cambiado la forma de escribir, tanto que a un lector actual «medio» le resultaría imposible leer novelas como El Conde de Montecristo, incluso Los tres mosqueteros que es una novela de aventuras muy orientada al gran público también le resultaría laborioso.

Esto se debe a varios factores, los dos más destacables son: la simplificación a la hora de escribir y sobre todo la famosa frase: «muéstralo, no lo digas».

Con simplificación me refiero a que antes gustaba mucho de utilizarse palabras rimbombantes y realizar unas frases que parecían monólogos. Era común encontrarse un diálogo entre dos personas en el que una frase de un personaje podía ocupar varias páginas; muchas veces debía volver atrás al leer para asegurarme de que no me había saltado algo.

Esto es impensable a día de hoy cuando lo que se buscan son frases cortas con palabras sencillas. Al contrario de lo que puede pensar la mayoría creedme si os digo que es más complicado escribir así que que con palabras grandilocuentes y frases interminables. 

La segunda cuestión es la regla de oro a día de hoy: «Muéstralo, no lo digas». Puede que muchos piensen que comprenden esta regla, pero lo mejor es leer novelas antiguas; ahí no queda lugar a dudas.

Ulises de Joyce

Constantemente están diciendo lo que tiene que pensar o sentir el lector, no muestran nada a través de los diálogos… y mira que llenan folios y folios con los diálogos.

Al presentar un personaje femenino podemos estar leyendo durante diez minutos lo pura que es, lo magnífica, lo beatífico de su aura, incapaz de cometer cualquier pecado por insignificante que sea… y todo porque tiene la piel muy blanca, es muy delgada y delicada, tiene una mirada radiante y chorradas similares.

También debemos ser conscientes de la época en la que se escribía esto, no podemos juzgar hechos antiguos con los ojos actuales.

En aquella época esos eran los rasgos que debía tener una mujer porque la mentalidad de la época era… no sé como describirla. Los delitos tan solo los podían cometer las personas de clase baja, una mujer de piel blanca, buena posición social y aspecto frágil y delicado era incapaz de cometer cualquier acto impuro. Al igual que un hombre de una buena posición era incapaz de tener deudas, beber en exceso, ser violento… eso solo podían serlo los proletarios, donde vamos a parar.

Por ese motivo se dedicaban a decir lo extraordinario de su aspecto y su posición social para a continuación llenarlos de virtudes.

Por eso hay obras como Otra vuelta de tuercade 1898 en la que una institutriz debe ir a cuidar dos niños a cargo de un acaudalado hombre y toda la introducción se la pasan explicando lo distinguido, frágil y elegante porte de los niños para que más adelante, cuando el lector descubra los actos malévolos que comenten, se escandalice aún más. A día de hoy esto parece un chiste pero en aquella época seguro que causó revuelo.

Las novelas que ayudaron a cambiar esto, y que por eso tuvieron tanto éxito fueron las del personaje Sherlock Holmes de Sir. Arthur Conan Doyle.

Aquí se minimizan los diálogos y las descripciones eliminando todo lo superfluo. Además los hechos tienen importancia y las deducciones las ha podido ir siguiendo el lector a través de lo que le han ido narrando.

Posiblemente de aquí surgiese la expresión: «muéstralo, no lo digas», porque Arthur enseñaba todo y era el lector el que debía descubrirlo.

Por supuesto hay excepciones, aunque sea algo muy manido El Quijote es una novela magnífica que no puedo más que recomendar a todo el mundo… por lo menos la primera parte.

Los diálogos son cortos y escuetos, las descripciones las justas y tiene un ritmo frenético. No es justo decir que todas las novelas antiguas son difíciles de leer. 

Tan solo debemos ser conscientes de la época en que se escribieron y lo habitual en aquella época.

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Salir de la ruta prevista

Yo cambio, el blog cambia… ¿hacia dónde lo voy a dirigir?


Habría este blog pensando en un podcast de tecnología, la idea inicial era sencilla hacer entrevistas, escribir noticias, analizar productos…

Sin embargo pronto me di cuenta que a la tecnología le pasaba lo mismo que en la década de los noventa, tras una explosión descomunal inicial se estancaba y a mí no me interesaba convertirme en una teletienda.

Salir de la ruta prevista

El blog y podcast fueron perdiendo fuerza y yo comencé a buscar algo nuevo que hacer. Tras muchos años había llegado a decidir que iba a abandonar este blog. Sin embargo sin buscarlo, tan solo como una prueba comencé a escribir a diario y me siento muy cómodo haciéndolo.  Además me ha surgido una oportunidad relacionada con la escritura (mi gran pasión desde que tengo memoria) y decidí aprovecharla por lo que el blog va a sufrir un cambio importante.

En el aspecto estético ya le he dado un cambio y si me seguís habréis visto que las temáticas son variadas, alejadas de la idea inicial que tenía. La tecnología no va a desaparecer porque forma parte de mí, sin embargo el enfoque va a ser muy distinto.

Va a ser un blog personal, cualquier tema que a mí me llame la atención o resulte interesante aparecerá en un post en el blog. Sin embargo tras la vorágine inicial en la que me he limitado a escribir por el mero hecho de escribir y coger soltura va a refinarse.

A partir de ahora voy a dedicarle más tiempo a los artículos intentando que cada vez sean mejores, es decir, plasmar lo mejor posible la idea que quiero transmitir evitando los rodeos y frases innecesarias.

Mi intención es centrarme en la escritura, quiero comenzar a publicar novelas en Amazon y es un tema sobre el que he intentando aprender y formarme durante años. He leído todos los libros que he podido sobre técnicas de escritura, creación de personajes, guiones… Y ninguno me ha resultado útil.

Por ello quiero dedicar un par de días a la semana a hablar sobre este proceso desde un punto de vista personal.

Quiero explicar como escribo yo, como pienso a mis personajes, la trama, como la desarrollo, dónde me quedo atascado…

Esto será una evolución porque como es evidente lo que piense hoy no tendrá nada que ver con lo que piense no ya dentro de cuatro años, sino dentro de un año o unos meses.

En base a vuestros comentarios (si alguien lo lee y se anima a comentar) iré buscando nuevos temas o profundizaré más en ellos.

El artículo que publicaba el domingo y en el que explicaba como me había ido la semana con el resto de publicar un artículo a diario ya no tiene sentido tras dos meses haciéndolo, por lo que lo cambiaré para hacer un resumen de la semana a nivel de productividad, de proyectos y como me va escribiendo tanto los artículos como las novelas; porque he decidido que el próximo año pienso cumplir ese objetivo de publicar dos novelas en un año que tengo pendiente desde hace una temporada.

Avisados estáis, yo cambio y por lo tanto mi blog cambia.

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Concentración

La importancia de centrarse en una cosa


 Por lo general tenemos muchos proyectos, ideas, sueños… alguien intentará hacer cumplirlos pero la mayoría dejará que sigan siendo solo eso, sueños.

Debemos ser realistas porque salvo que nos toque la lotería y dispongamos tanto de todo nuestro tiempo como de dinero suficiente no podremos afrontar ni la mitad de ellos.

Lo mejor es crear una lista no ya de prioridades, sino de realidades y elegir una como la única importante. No es que el resto no lo sean, sino que solo les dedicaremos tiempo cuando la primera nos lo permita.

Tampoco debemos dedicar todos nuestros esfuerzos a esa, sino seguramente nos volveríamos locos; pero si debemos reservarle una gran porción de nuestro tiempo disponible, puede que la mitad o un cuarenta por ciento esté bien.

Concentracion

También debemos ser conscientes que debemos dejar tiempo libre para no hacer nada, con este «nada» me refiero a algo cuya única finalidad sea lúdica; podemos jugar algún juego, ver una película o serie, hacer senderismo…

 Mucha gente peca en ese punto y no son conscientes de cuan importante es el no hacer «nada» en esta vida. Tampoco mucho tiempo pero si de forma periódica, ayuda a desconectar, a olvidarnos de lo que estábamos haciendo y recuperar energías; cuando volvamos a ello lo haremos con una visión distinta y apreciaremos errores cometidos y seremos mas productivos.

Una vez hayamos definido cual es nuestra meta principal y asignado el tiempo podemos buscar una segunda actividad, algo que también sea importante para nosotros pero a más largo tiempo.

En nuestra disposición semanal podemos decidir que tras dos días de la actividad principal el tercero lo dedicaremos a esta actividad secundaria. De esta forma, aproximadamente, en una semana dedicaremos cuatro días a la actividad principal, dos a la secundaria y uno a no hacer nada.

También es posible que lo vayamos variando, una semana que estemos más inspirados podemos dedicar cinco a la principal y tan solo uno a la secundaria. O cuando estemos quemados tres a cada una…. pero el meter más días me parece una locura, incluso vería muy coherente (sobre todo al comenzar) el dedicar dos días a no hacer «nada».

En los últimos años estoy siguiendo este planteamiento y me los resultados, en los últimos cuatro años he sido muy productivo y me ha ayudado a esta nueva etapa que quiero comenzar.

En un par de años podre valorar si funciona o no, a ver que tal mi aventura de escribir novelas y aprender inglés, aunque ahí los porcentajes son distintos, aunque de eso ya hablaré más adelante.

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Bandera inglesa

Por fin me apunto a la escuela de idiomas


Supongo que uno de los deseos más habituales en los españoles de cara a afrontar el año nuevo es el típico de «este año aprendo inglés», en mi caso por lo menos así era.

Sin embargo por fin este año me he animado y he decidido apuntarme a la Escuela Oficial de Idiomas. Además la tengo cerca de casa y tiene unos horarios muy buenos.

Bandera inglesa

Voy a comenzar con el nivel más bajo: el A1, no quiero hacer el examen para comenzar en el A2 porque prefiero empezar de cero y asentar bien los conocimientos. Puede que de oido y por léxico me defienda pero a nivel de gramática no recuerdo absolutamente nada y no quiero correr al principio para pasarlo mal durante el curso.

Mi objetivo es llegar como mínimo a superar el grado B1, son cuatro años sin suspender ningún curso, poca broma.

Nunca se me ha dado bien el inglés, cuando mejor lo he dominado fue cuando jugaba online al Everquest y todo lo que me encontraba eran americanos… pero como comprenderéis ahí a la gramática poca importancia se le daba.

Imagen de escuela oficial de idiomas

El motivo principal por el que quiero aprender es porque a la hora de buscar contenido, ya sea técnico, opinión… está todo en inglés, pese a haber mucho contenido en español gracias a los latinoamericanos es un refrito de lo que dicen los medios y youtubers americanos más conocidos, es información de segunda mano con honrosas excepciones por supuesto.

También me gustaría poder entrevistar a gente en inglés, me encantaría volver a tener un podcast de entrevistas y, cuando me vea con el suficiente nivel, atreverme a entrevistar a gente en otro idioma.

De momento ya he hecho lo más importante, apuntarme a la escuela oficial y comenzar. Ahora ya la evolución dependerá en exclusiva de mí y mi fuerza de voluntad. 

Imagino que cada mes os iré haciendo un pequeño resumen de mi peripecia en este aprendizaje.

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Teclado de Apple

No soporto el teclado de Apple


He estado utilizando muchos años el teclado de Apple, no recuerdo cuantos pero como mínimo han sido diez.

Lo curioso es que me encantaba, siempre lo defendí y decía que era muy bueno. No es que lo haya utilizado poco no os penséis. Escribí dos libros con él, infinidad de guiones para las clases que impartí en Etopía, artículos para el blog… No fue un teclado para navegar por internet y redes sociales, le di un uso intenso.

La cuestión es que buscaba algo más y comencé a mirar teclados mecánicos, ya os hablé del Logitech G413 que me trajeron los Reyes Magos las pasadas Navidades.

Llevo utilizándolo menos de un año pero ya me he acostumbrado a él; a la distancia entre teclas, el sentir cuando presiono la tecla, la respuesta, tacto, ergonomía… Y ahora cuando utilizo el teclado de Apple que utiliza mi hija me pongo malo, no lo soporto.

Logitech G413

Es demasiado fino, no notas la distancia entre teclas… no es que tenga poca ergonomía sino que no tiene ninguna ¿cómo es posible que lo haya utilizado tantos años y me pareciese tan bueno?

Supongo que los seres humanos tenemos una capacidad de adaptación muy alta y nos amoldamos a lo que tenemos a nuestra disposición.

Si utilicé tanto tiempo el teclado de Apple y estaba cómodo con él es porque no utilizaba ningún otro. Es ahora, al tener con que compararlo, cuando veo las carencias del otro.

El teclado Logitech es todo lo que podía pedir: ergonomía, resistencia, teclado completo, retroiluminado, teclas programables… Es normal que no me guste ahora el de Apple.

Por supuesto también tiene sus desventajas, que no son poca cosa: grande, pesado, con cable, requiere dos puertos USB para conectarlo…

Teclado de Apple

Pero como ya he comentado en otras entradas si queréis trabajar en serio con el ordenador uno de estos teclados es imprescindible.

Entiendo la decisión de Apple de hacer un teclado minimalista porque aporta muchas ventajas: ocupa un espacio mínimo, muy fino, elegante, sin cables, batería duradera, elegante…

Es un teclado ideal para una persona que utilice el ordenador para buscar información de vez en cuando y consuma contenidos.

En una oficina que se reciba a los clientes e incluso en una recepción es un teclado muy elegante que llama la atención de los clientes y da una nota «cool». Y como ya he dicho se puede utilizar para trabajar, yo lo hice muchos años.

El único motivo por el cual yo busqué un sustituto a ese teclado fue porque necesitaba dos características concretas: que fuese retroiluminado y que tuviese teclas programables.

Muchas personas no necesitarán ninguna de esa característica, así que no le déis muchas vueltas al asunto.

Tampoco voy a decir que me parezca un teclado caro, por supuesto que lo es pero acorde a su calidad de diseño y miniaturización del producto.

El sistema de mariposa utilizado en sus teclas si es motivo para atacar duramente a Apple, son muchos años recibiendo quejas y demostrando los fallos de diseño que tiene y seguían usándolo.

Para ser sincero también debo decir que en todos los años que lo he utilizado no he tenido ningún problema con él.

Seguramente los que tienen problemas son los acostumbrados a utilizar teclados mecánicos y en lugar de escribir lo que hacen es aporrear el teclado, hay que ser consciente de lo que se utiliza y la fuerza requerida para ello, no seamos animales también.

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streaming de video

Blue Ray, compras online… ¿realmente somos dueño de lo qué compramos?


Hace años que descargar contenido está al alcance de cualquiera sin necesidad de tener conocimientos técnicos específicos, incluso visualizarlos desde una web si solo queremos verlo y no conservarlo.

También podemos pagar una cuota mensual asequible para poder hacerlo de forma legal, podría definirse como un «alquiler» de larga duración. No somos dueños del contenido pero mientras paguemos podemos ver todo el catálogo sin limitaciones.

Sigue existiendo la posibilidad de comprar el producto y ser sus propietarios pero ¿somos dueños del contenido o del soporte? Depende de la edad que tengáis os habrá pasado como a mí que hemos comprado muchas veces cosas que a día de hoy, aunque queramos, ya no podemos utilizar.

Compré cintas de música, CD…. Incluso algún vinilo. De todo eso no puedo reproducir nada porque no tengo ningún aparato para ese formato. Por supuesto puedo comprar unidades lectoras de CD que se conectan por USB e incluso siguen vendiendo tocadiscos… pero no me da la gana meter un cacharro para reproducir algo en formato físico pudiendo hacerlo en digital.

Colección BluRay en estantería

Con las películas pasó exactamente igual; todos tuvimos un VHS (incluso un Beta) y después un lector de DVD para las películas. Luego quitamos ese lector de DVD y compramos otro que soportase el formato DivX y con suerte estarán todos en algún trastero olvidados.

En la actualidad podemos seguir comprando películas en DVD, también tenemos el BluRay o podemos comprarlas en formato digital en iTunes, YouTube, Google Play… Usted puede elegir el formato que más le guste.

Por este motivo tengo ahora una duda doble, ¿compramos el producto? Y si lo hacemos, ¿en formato físico o digital?

ejemplo de servicios de streaming de video

Muchos optan por comprar el BluRay, además se pueden adquirir ediciones de coleccionista en otros idiomas a muy buen precio. A fin de cuentas los BluRay disponen de muchos idiomas ¿qué más da comprar una película en Sueco si luego incluye el doblaje y los subtítulos tanto al Español como al Inglés?

Sin embargo ahora vienen los problemas que yo le veo a esto; en primer lugar el espacio. A día de hoy se intenta tener los mínimos muebles posibles e incluso es habitual colgar las televisiones de la pared.

Lejos quedan esos días en que se tenían unas librerías enormes donde se colocaba el televisor y se utilizaban para guardar la vajilla, cubertería, copas y manteles que (en el mejor de los casos) se utilizaban dos días al año. 

¿De verdad queremos comprar un mueble enorme solo para guardar las cajas de los BluRay? La gente que tenía decenas de películas en VHS terminó tirando a la basura todas esas cintas siendo conscientes entonces tanto del dinero tirado a la basura como del espacio que ganaba al deshacerse de ellas; y no os equivoquéis, no hay mucha diferencia entre dos cintas de VHS y tres cajas de BluRay.

Pero el problema no es ya si dispondremos de un lector de BluRay dentro de X años, o si seguirá estando en el catálogo del servicio donde compramos la película para poder verla. Porque no nos llevemos a engaño que compremos una película en iTunes o YouTube no significa que la sigan teniendo dentro de X años; si la productora cancela el acuerdo adiós a la película y no esperemos que nos devuelvan el dinero.

Para mí el problema es la resolución de dicha película. Si vamos a comprar un televisor hoy lo común es que tenga una resolución de 4K, algo ridículo teniendo en cuenta que tan apenas hay contenido en esa resolución, pero siempre van por delante del mercado.

Supongamos que compramos la película en la resolución normal a día de hoy que es 1080  (vamos a llamarlo 1K).

Dentro de ¿diez años? Cambio de televisor, ¿qué resolución tendrá? ¿16K, 24K? Porque al ridículo paso que vamos igual incluso me quedo corto. Ya se están anunciando televisores 8K cuando ni tan siquiera disponemos de la mayor parte del contenido en 4K.

Mi temor es ¿cómo se verá una película en 1K en un televisor 16K? Si cogemos una película en DVD y la ponemos no ya en un televisor 4K sino en uno de 1K deja mucho que desear en cuanto a calidad. El problema de las películas en VHS no es que no podamos reproducirlas, se pueden pasar a formato digital; el problema es que tienen una resolución tan baja que al verlas en un televisor actual tienen una calidad pésima.

Tengo una pequeña colección de películas que he ido cogiendo en oferta en iTunes pero soy consciente de que aunque he pagado por ello no soy su dueño.

Espero vuestras opiniones y sugerencias para este problema.

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Persona con pensamientos diferentes

El precio de no ser como la mayoría


Eres raro ¿o te hacen sentir raro? En primer lugar deberíamos tener claro lo que es ser raro y lo que es ser normal.  Porque no implica nada bueno ni malo tanto una cosa como la otra, pero la sociedad lo utiliza como forma descalificativa.

Ser raro tan solo implica no ser como la mayoría y si me preguntáis mi opinión para mí eso es algo positivo, ser como la mayoría si sería algo malo.

Persona con múltiples pensamientos

Cuando conocemos a alguien siempre salen las típicas conversaciones tan aburridas: fútbol, coches, cerveza, política, programa de televisión, de moda…

Y empiezan tus respuestas: no me gusta el fútbol, no me gustan los coches, no bebo, me da igual la política, no veo la tele… Las miradas se vuelven recelosas, sonrisas nerviosas, murmullos y la pregunta que más gracia me hace de todas: entonces ¿tú que haces?

«¿Tú qué haces?» Ojo a la pregunta que tiene miga ¿no sería más bien al contrario amigo mío? Es decir, quieres decir que si a tu vida le quitan el fútbol, el discutir de política en el bar sin tener ni idea tú ni tu contertulio, beber cerveza, hablar de coches que nunca te vas a comprar y la tele ¿no sabrías que hacer con tu vida?

Me vas a perdonar pero vaya vida más triste ¿no te parece? Yo leo libros (esas cosas que la mayoría nunca han leído por voluntad propia) salgo a pasear, selecciono las películas que quiero ver, escribo, hago el deporte que puedo, pienso proyectos que pueda llevar a cabo, juego…

Te aseguro que entre mis expectativas no están invertir dos horas bebiendo cerveza en un bar discutiendo con la gente sobre política o fútbol. Ni dedicar una noche de mi vida a ver como un grupo de energúmenos discuten entre ellos por la televisión, ni aprender cuantos caballos, cilindros o chorradas tenga el nuevo coche que ha sacado una marca Alemania, Italiana o Japonesa…

Si por no tener esas aficiones soy raro, me parece perfecto, lo soy… Pero me vas a permitir que yo considere que tú no eres normal, sino simple.

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Logo de la empresa Scrivener

Ulysses, Scrivener, Word… ¿Hay diferencia a la hora de escribir?


Siempre he querido escribir, la primera vez que me puse «en serio» con ello sería a los once o doce años. Un verano decidí que quería escribir a máquina por lo que agarré un libro de mecanografía de mi abuelo, una máquina de escribir que nadie utilizaba y me puse a ello.

No tenía internet, ni consola, ni ordenador… Todo un verano por delante y mucho calor por las mañanas por lo que dedicaba varias horas al día a aprender y en un par de semanas tenía cierta soltura.

Logotipo de Scrivener

Cuando me sentí cómodo con ese engendro me puse a escribir sin pensar y en menos de un mes tenía escrita mi primera novela… Bueno, eso es lo que yo pensaba entonces; en realidad sería un relato largo o novela corta. Ahora no lo recuerdo bien pero calculo que serían unas treinta páginas.

Eso lo hice con doce años y una máquina de escribir, si quieres hacerlo lo haces y te dejas de tonterías sobre que software es mejor usar.

Esto lo digo porque, al igual que muchos, los que además de tener pasión por escribir nos gusta la tecnología nos ponemos a mirar que si las bondades de Ulysses, que si tal escritor utiliza Scrivener, que la mayoría utilizan Word… Vamos a ver almas de cántaro ¿me podéis decir que software utilizaba Quevedo? ¿Y Cervantes? ¿Pensáis que por utilizar un software vais a sufrir el efecto Matrix y vais a evolucionar como Charmander?

Para escribir no hace falta un software específico, ni un ordenador… A día de hoy incluso ni tan siquiera necesitamos las manos para hacerlo, pero claro es mejor perder el tiempo buscando un software en lugar de ver lo malos que somos como escritores.

Durante varios años utilicé Ulysses y estaba encantado con él. Era muy práctico y permitía añadir imágenes, dejar las entradas programadas en WordPress directamente, organizar por capítulos las novelas… Muy bonito ¿y qué más da?

En esta nueva etapa que he conseguido publicar un artículo al día durante más de un mes lo hice utilizando Pages, el programa de Mac de ofimática. Es mucho peor que Ulysses, no permite programar las entradas en WordPress, la interfaz parece de un juguete, no tiene soporte para Markdown y muchas otras cosas pero ¿sabéis qué? No tan solo hice lo mismo que con Ulysses, sino que escribí más que nunca.

Este artículo lo estoy escribiendo utilizando Scrivener, resulta que tengo una licencia desde que debió salir la versión 3 y ni me acordaba de él.

Es más bonito que Pages, tiene un sistema de organización excelente, un compilador que permite dar el formato de salida que quiera… pero escribo exactamente igual que con Pages.

Cierto es que para tareas muy específicas tiene unas ventajas que ya os contaré en otro artículo; ahora tan solo quiero que os quedéis con la idea principal y más importante.

Si queréis escribir, hacedlo. Si un día necesitáis un software específico vuestra rutina diaria os lo dirá y será entonces cuando debáis buscaros la vida.

Hasta que llegue ese momento, escribid con el bloc de notas y dejad de llorar.

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Estatua de una musa

7 semanas publicando un artículo a diario


Siete semanas ya, en total cincuenta días publicando un artículo a diario… Perdonadme que me repita pero llevo cincuenta días consecutivos logrando publicar un artículo a diario, algo que jamás imaginé que lograría, ni tan siquiera cuando decidí comenzar a hacerlo.

Musa Terpsícore

Si soy sincero creo que nunca tomé esta decisión de hacerlo, tan solo lo hice. Vi que tenía programados dos artículos o tres a la semana y que se iban acumulando con lo que algunos se publicarían dentro de un mes y no tenían mucho sentido. Además aún tenía una gran lista de ideas y cada día se me ocurría alguna más así que ¿por qué no publicar a diario? Cuando no pudiese seguir haciéndolo no pasaba nada, a fin de cuentas ya me he pegado meses sin publicar otras veces.

Sin embargo aquí me encuentro, publicando a diario y sin ningún problema. Incluso consigo llevar una ventaja de artículos programados de unos diez días, es decir, podría estar más de una semana sin escribir nada y no se notaría.

Esta ventaja es lo que me permite ir haciendo otros proyectos, reviso borradores de libros que tenía abandonados, intento escribir guiones, leo más… Y sobre todo y más importante, escribo con mucha más fluidez.

Ya no me cuesta decidir lo que voy a escribir, simplemente comienzo y el texto fluye. Claro que luego lo leo y cambio cosas, veo frases que no están bien hilvanadas y párrafos enteros que cambio casi por completo o incluso elimino pero es un mal menor; si fuese necesario podría publicar un artículo sin revisar… he visto artículos de blogs comerciales con faltas bastantes más graves creedme.

Esta aventura de publicar a diario me gusta, me alegro de que haya surgido y me ayude tanto a escribir. 

A ver si por fin puedo cumplir ese objetivo que tengo desde pequeño de conseguir publicar dos libros en un año. Gracias a Amazon ahora eso es pan comido, solo falta el escribirlos pero me da la impresión que ese objetivo lo podré cumplir el próximo año.

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